martes, 15 de diciembre de 2015

INICIATIVA CADENA DE COMENTARIOS + LECTURA CONJUNTA

Buenos días a todos/as.
Acabo de apuntarme a una iniciativa de lectura conjunta a través del blog: "Entre libros y tintas". Es la primera vez que lo hago y espero que sea interesante. Bueno os dejo la web de enlace del blog por si os apetece a alguien más.
ECN.

http://entrelibrosytintas.blogspot.com.es/2014/09/iniciativa-cadena-de-comentarios.html

lunes, 30 de noviembre de 2015

GLADIADORES EN "GÉNESIS"

Buenos días a todos/as.
Hoy me desperté guerrera y me acordé de un trocito del libro en el que Antonio (Alan) presenció una batalla de gladiadores allá por la era de Octavio Augusto. Disfrutádlo.
ECN.












Frag. del capítulo XX:
"Era la primera vez que asistía a las fiestas de Roma y, como todo allí, las celebraciones eran exacerbadas. Me propuse participar en la mayoría de los eventos ante la insistencia de Valerio y
disfrutar todo lo posible de ellos, pero la perspectiva de los combates de gladiadores no me agradaba y cuando llegó el día, allí estaba yo, sentado junto a un senador y un magistrado en el palco principal. El graderío estaba repleto de gente que ya se impacientaba y a los que parecía no importarles el clima frío de ese mes; hacía pocos años que el pequeño anfiteatro se había edificado en la ciudad, debido al
aumento de la demanda de esos espectáculos y, aunque no tenía el esplendor que años después
ostentaría el anfiteatro Flavio edificado por Vespasiano, cumplía sobradamente el papel para el que se
construyó y los juegos de Tito no desmerecieron a los grandes eventos posteriores.
Por fin, ante las aclamaciones de la plebe y tras la orden de Valerio, todos los gladiadores
entraron en la arena a través de la reja que daba a las estancias inferiores del anfiteatro. Iban ataviados con sus armas identificativas; allí se situaron los equites en sus caballos, los essedarii en sus carros, los secutores con las gladius y escudos, los reciarios con redes y tridentes y los provocati que abrirían los combates. Se aproximaron a nuestra posición y elevando la voz con el saludo y juramento obligado, se dispusieron para su sacrificio o su victoria. Algunos morirían, sin embargo, los vencedores serían aclamados como héroes.
La lucha se inició.

jueves, 26 de noviembre de 2015

CAPÍTULO XVII-FRAGMENTO.

Buenos díasss a todos/as.
Voy a colocaros un pequeño fragmento del capítulo XVII. Esta mañana me he levantado y me apetecía ponerlo, ya que ayer, leyendo el libro con mi madre, apareció esta frase que me encanta y creo que describe a Alan a la perfección, sus ansias de tranquilidad y sosiego entre los libros.
Como siempre: espero que os guste.
Un saludo.
ECN.


"Fue una semana intensa. No dije nada ni a Telanio ni a Ly sobre mis planes, esperaría al último
día, pero ya había decidido sobre mi partida y mi destino. Me encontraba apoyando mi cabeza sobre el vientre desnudo de mi amada, haciendo círculos sobre su ombligo, cuando me decidí a decírselo.
—Me marcho.
—¿Dónde?
—No me voy de viaje, me alejo de ti.
—¿Cómo?
—Aquí soy un estorbo, mira lo que pasó con el juicio. No debiste dejar de lado a tus clientes.
Se incorporó y me miró a los ojos. Era difícil engañarla.

miércoles, 18 de noviembre de 2015

GEMOTERAPIA

Buenos días a todos/as.
Hoy quiero hacer una alusión a los cristales. En uno de los capítulos del libro hay una escena en la que Laila coloca unas piedras en la espalda de Adal para relajarlo, usando así la gemoterapia.
Os dejo el fragmento dónde aparece y unas fotos de los minerales a los que aludo ahí.
Espero que os guste.
ECN.

"...Sus estancias eran ostentosas y decoradas con bajo relieves de colores. A través de una apertura
posterior, se accedía a un pequeño jardín privado. Me sorprendí admirando las lilas y los arbustos con flores de diversos colores; las palmeras y la higuera se abrían hacia un estanque que, en uno de sus lados, albergaba una serie de alfombras y almohadones dignos de la realeza. Me tumbé en la orilla, desnudo, y disfruté del conocido aroma, ella salió de sus aposentos y se dirigió a mí. Me colocó una gema alrededor del cuello.
—Es lapislázuli, una joya sagrada. Llévala, te aportará serenidad y sabiduría —me enseñó que
ella llevaba una igual, admiré el intenso azul, equiparable al de sus ojos, y las motas doradas del
colgante—. Túmbate boca abajo y relájate.
Me colocó una serie de piedras planas sobre la espalda, ella las llamaba cristales. Decía que
mantenía la armonía de la mente y el cuerpo. Utilizaba uno transparente de color de las lilas, una del color del cielo, otra tan verde como mis ojos, otra dorada y otra negra, obsidiana, la única que conocía.
Las noté cálidas al colocarlas en mi piel..."


amatista
ámbar
lapislázuli

zafiro


malaquita
obsidiana




martes, 17 de noviembre de 2015

CAPÍTULO XIII DE GÉNESIS...

Buenos días a todos/as.
Aquí os dejo un nuevo capítulo de mi libro.
Espero que lo disfrutéis.
Un saludo.
ECN.

CAPÍTULO XIII
«Una generación después me hallaba, otra vez en Menfis, delante de las puertas del templo.
Decidí regresar a la ciudad que, durante años, había sido mi refugio, por verla con otros ojos y vivirla de otra manera. Por recordar a mis amigos. Por recorrerla de nuevo. La verdad era que lo único que había hecho fue cambiar de población sin alejarme demasiado, ya que, al llegar a Bubastis y entrar en su casa de la vida, me ofrecieron un trabajo y me quedé, instalándome allí como escriba. Pero el estar tan cerca de Menfis me llevó a regresar cuando pasó el tiempo suficiente. Al volver, no lo hice solo, los rollos iban conmigo, en Bubastis no se llegó a conocer su existencia y esperaba que tampoco en Menfis me recordaran. Me equivoqué.
Me dirigí a la casa de la vida del templo en el que antes había vivido para recuperar mi antiguo
puesto de copista, pero, cuando fui presentado, uno de los sacerdotes de más edad, recordaba a alguien semejante a mí que trabajaba con el anciano maestro, más bien recordó el color verde de mis ojos. Conseguí convencerle de que fue mi abuelo el que vivió con ellos años atrás; de que era normal que se confundiese, porque él, en ese entonces, sería solo un niño; de que me parecía a mi antepasado y de ahí su error. El hombre aceptó mi historia y eso me permitió acceder a la escuela como escriba de pleno derecho, ya que en aquella época los cargos públicos se heredaban y, si ya era complicado acceder sin pertenecer a familias importantes, más problemas se presentaban si no lo era tu padre antes que tú. Con recelos o no, volví a ocupar mi lugar y volví a ocultar los rollos del papiro de Tot en el sitio en el que fueron creados. Esa vez me alojé en uno de los barrios cercanos al templo. La casa en cuestión disponía de una sala central con una columna que delimitaba un hogar para cocinar, una mesa con dos taburetes y un par de armarios. Una sala contigua, con un lecho que me otorgaba privacidad, se unía a otra destinada al aseo íntimo, tan importante para los egipcios; se completaba con una subterráneo fresco para conservar los alimentos y las tinajas con aceite y vino y una terraza, foco de unión de todos los vecinos. Eran viviendas individuales y, como había prometido a Sil, comencé mi vida de forma diferente. A parte de mi labor de copista, conseguí el anterior cargo de mi amigo y algunas veces acompañaba a los escribas reales, sobre todo, cuando había mucho trabajo por resolver. Caminaba por la ciudad, que nunca antes me había preocupado en contemplar: sus paseos con obeliscos y esfinges, sus templos dedicados a mil dioses cubiertos por la pátina eterna de la arena, sus calles bordeadas con palmeras de diversos tamaños y los majestuosos palacios. Ahora los miraba como si fuese la primera vez y caminaba por sus muros, entre sus grandiosas columnas decoradas con miles de figuras, y me sorprendía observando, largo rato, a los artistas que esculpían las estatuas reales. Disfrutaba con el ajetreo de las nuevas construcciones y respirando el aire que arrastraba el Nilo.
Y fue en una de esas visitas al complejo palaciego cuando nos vimos por primera vez o más bien
ella me vio a mí. Llevaba, por encargo, unos rollos de papiros a la casa Jeneret. Al tratarse del lugar
reservado a la enseñanza de las damas de la corte, no se me permitió acceder con libertad y apenas traté con uno de sus sirvientes para entregarlos y me marché, pero fue suficiente. Por la tarde, un esclavo solicitó verme y me apremió a acudir a palacio. Allí, en uno de las dependencias adjuntas al lugar, me recibió. Supe al instante que se trataba de alguien de clase alta, por los perfumes, las telas de lujo, la comida servida en bandejas de plata y los esclavos de que disponía. Una peluca de trenzas negras como la obsidiana cubría su cabeza adornada con una diadema real de hebras doradas, y sus ojos oscuros, delineados con kohl, me observaban con interés.
—¿Eres escriba?
—Copista.
—Es la primera vez que te veo.
—Suelo permanecer en el recinto.
—¿Te esconden?
—¿Cómo?
Empezó a reírse con ganas, estaba claro que la situación la divertía, pero yo aún no tenía claro
que hacía allí y me resultaba incómodo.
—¿Sabes quién soy? —negué—. Dime tu nombre, escriba.
—Adal —había decidido regresar a mi antiguo nombre y dejar por un tiempo el que me puso mi
maestro.
—Soy la princesa Asenat. ¿Eres extranjero?
—He vivido en varios sitios, alteza, pero mis antepasados son de aquí.
—Bueno, te preguntarás qué haces aquí.
—Sí.
—He recibido un obsequio de un país extranjero. Una serie de tablillas de arcilla con historias y
poemas y sé que puedes traducirlas. Quiero que lo hagas y las escribas en papiro para que yo también
pueda leerlas —me tranquilicé, solo era por trabajo. Ella continuó hablando—. Desde luego esa será la parte laboral. Pero lo cierto es que me fascinas, tengo debilidad por lo hermoso y tú, eres lo más bello que he visto hasta ahora. Quiero conocerte íntimamente.
Me quedé helado por su sinceridad, fue demasiado directa. Conocía que, en esa cultura, el sexo
no era un tabú y las mujeres tenían bastante libertad en ese aspecto, ella podía elegir el amante que
deseara y, al parecer, había elegido. Por unos instantes pensé en negarme, pero en el fondo me
sorprendí a mí mismo admitiendo que me apetecía. Era muy hermosa y llevaba demasiados años, casi
una eternidad, sin una mujer en mi vida.
Desde esa primera entrevista, nuestros encuentros se fueron sucediendo. Compaginaba mi trabajo
con los momentos de intimidad entre los dos y, poco a poco, me di cuenta de que era una mujer muy
inteligente, pero a la vez pecaba de ambición, algo normal, teniendo en cuenta su estatus social y me
dejó claro en varias ocasiones que siempre conseguía lo que deseaba y que si no lo hacía, movía cielo y tierra hasta que lo lograba. Su forma de ser no me importaba en absoluto, nunca me paré a analizarla, nunca llegamos más allá de la atracción física y fue con la única mujer en mi vida con la que ni siquiera me preocupé en arañar la superficie y me limité a disfrutarla, el sentimiento era dual y mutuo, ella tampoco se complicó más. El tiempo fue pasando. Nos veíamos en sus habitaciones y jardines e incluso había veces que Asenat me buscaba en mi casa y yacíamos en el pequeño lecho de mi hogar, al parecer la excitaba y le producía morbo el ambiente obrero del lugar. Cuando aparecía por la puerta de mis estancias, lo hacía sin peluca y vestida con un calaris de lino blanco vaporoso y que cubría gran parte de su cuerpo, las túnicas rojas la hubieran delatado como de alta cuna y buscaba pasar desapercibida, pero yo la prefería con una de ellas, que se colocaba bajo los pechos, mínimamente tapados por un ligero tirante. Siempre llegaba acompañada y protegida por un esclavo nubio que permanecía con nosotros, incluso mientras practicábamos el coito, una presencia extraña que se mantenía cerca, pero a la vez lejos, al principio me resultaba incómodo tenerle ahí, pero como decía ella: no miraba, solo observaba y acabé por obviarlo. Estar con ella era delicioso, en algunos aspectos me recordaba a Lilith, desinhibida y fuerte, pero solo compensaba la necesidad del momento. Era mejor así, dentro de unos años ella ya no estaría en mi vida.
Aprendí mucho de ella. Me enseñó los secretos de la belleza que tanto admiraba, la forma en la
que preparaban los ungüentos que utilizaban para acicalarse. Me mostró maquillajes a base de
malaquita machacada para darle un tono verdoso, utilizando el lapislázuli para el azul o el carbón para el negro, que ella usaba en las uñas. Me contaba cómo, una de las damas de la corte, era capaz de hacer intrincados dibujos en la piel y de eliminar el bello del cuerpo sin apenas dolor. En la mesa de su habitación se agrupaban gran diversidad de recipientes de varios colores y formas que contenían primitivos cosméticos y esencias de flores, además de numerosas pelucas lisas y de complicados peinados. Los egipcios tenían aceites para todas las necesidades del cuerpo que incluían arrugas, estrías, efectos del sol, olor corporal, eliminación de piojos, parásitos y muchos más. Todo un mundo de sensaciones al alcance de todos, ya que, hasta los trabajadores, disponían de un plus en su paga para comprarlos, así de importante era la higiene para esa sociedad. Yo, por mi parte, me limitaba a unas pocas esencias que evitaran las suspicacias de los demás y me atreví con una ligera perilla que disimulara mi edad.
Mi vida transcurrió tranquila durante varios meses en los que me imbuí dentro de ese mundo de
belleza y placer bajo el manto protector de la princesa, adormilado ante lo que ocurría a mi alrededor, viviendo la vida, como acordé con Sil en su lecho de muerte.
Un día, Asenat mandó a buscarme. Normalmente nuestros encuentros se realizaban en momentos
en los que ninguno de los dos estábamos ocupados, por eso me extrañó que quisiese verme durante mis horas de trabajo, buscaba sorprenderme. Me obsequió con un escarabajo tallado en turquesa con
incrustaciones de lapislázuli, era de pequeño tamaño, cabía en la palma. Era un amuleto muy utilizado entre ellos, pensaban que protegía y traía prosperidad, últimamente la princesa estaba especialmente complaciente, lo miré y me recordó al colgante que llevaba al cuello, hacía tiempo que había vuelto a llevarlo puesto, se había convertido en un buen recuerdo. Pero ese momento quién compartía mi lecho no era Lilith y ahora era distinto, porque en Eridú me había enseñado mil maneras de complacer a una mujer y afiancé mis enseñanzas con Asenat. Reposados y abrazados, la dejaba acariciar mi pecho.
—¿Sabes? —ella tenía ganas de hablar—. Van contando una historia interesante por ahí. Dicen
que en el templo hay unos papiros mágicos, que otorgan un gran poder a quien los posee. ¿Tú conoces los archivos del templo?
—Bueno, todos no. Conozco gran parte, pero no he oído nada.
¿Cómo era posible que se supiera de su existencia? Estaba seguro de tenerlos bajo control,
seguramente eran rumores sin fundamento. Debía mantenerme neutral.
—Dicen que fue el mismo dios Dyehuty quién los escribió y en ellos están los conocimientos
celestes, el secreto de la inmortalidad. Dicen que con ellos podrías mirar a los ojos al dios Ra, que
puedes controlar la naturaleza, adivinar el futuro e incluso matar a un faraón —me contemplaba sin
desviar los ojos, sentí la presión de esa mirada. Algo en ella había cambiado—. Dicen que hace muchos años el dios escriba eligió a un anciano para manifestarse y que fue ese mismo dios, venido de una tierra sagrada, quien los plasmó en los rollos. Dicen que ama vivir entre los humanos y que posee unos ojos misteriosos del color de la malaquita y que es eternamente joven.
¿Se refería a mí? Sus pupilas dilatadas por la emoción y la forma de hablarme, me lo
confirmaron. Al final parecía que el viejo sacerdote no se creyó del todo que era mi abuelo quien
estuvo allí antes y me convirtió, al igual que hacía años en tierras sumerias, en una divinidad. Tenía que desviar las sospechas y dar una explicación verosímil.
—Mi abuelo me contó que ayudó a un anciano a escribir unas historias. Pero no eran más que
desvaríos de un viejo senil. No sé si te referirás a eso. Es lo único que he oído.
—¡No mientas! ¿Crees que no veo lo que eres? ¿Crees que dejo entrar a cualquiera en mi lecho?
¿Crees que aguantaría tanto tiempo al mismo amante si no tuviera la certeza de que eres algo divino? Llevo mucho tiempo esperando que confíes en mí y ya estoy harta. Quiero que me entregues esos rollos. Escriba o dios, sabes dónde están.
—Te vuelvo a decir que…
—Cuanto tiempo crees que mi tío, el faraón, tardará en dar contigo. Él también busca los papiros,
yo le hable de ellos y de ti. Desea la inmortalidad.
¿Me estaba advirtiendo o amenazando? Sabía que su mayor cualidad era la ambición y, el
revelarme que mi posición con ella se debía a su idea de mi divinidad, me ofendió, me había engañado sin que me enterase y su atracción hacia mí solo estaba condicionada a sus intereses. No iba a permitirle salirse con la suya, pero eso me ponía en una posición peligrosa y no podía dejar que los manuscritos cayesen en sus manos, alguien como ella le daría la interpretación errónea que tanto
habíamos temido mi maestro y yo.
—¿En serio crees que soy un dios?
—No lo creo, lo sé.
—¿Y crees que un dios sería un simple y pobre escriba?
Vi duda en su mirada, la gente de su clase social nunca imaginaría que un dios se conformara con
la mediocridad, pero enseguida sus ojos se volvieron a endurecer.
—Tus intenciones no son mi problema. Tienes dos días. Pasado ese tiempo los soldados del
faraón te encontrarán. Ahora vete.
Entonces lo vi claro: tenía que darle al faraón lo que andaba buscando o, conociendo a Asenat,
me perseguirían por siempre. Sabía lo que hacer. Esa tarde la pasé de aquí para allá, tenía que despistar a quien me siguiera, pero muy avanzada la noche, accedí al archivo oculto donde estaban los rollos. Debía decidir lo que entregaba al faraón y seleccionar los papiros que considerara menos conflictivos, no me preocupaba lo escrito en ellos, sino la interpretación que, alguien como ellos, pudiera darles. Pero lo principal para mí era hacer una copia completa para llevarla conmigo, así, sin dudarlo más, me dediqué a esa labor y pronto tuve en mis manos un nuevo manuscrito con letra y forma más pequeña. Me llevó toda la noche y parte del día siguiente, pero en aquel rincón nadie me molestó, apenas me incorporé a comer y menos a descansar.
Cuando completé el trabajo lo plegué y lo cosí con una tripa seca por el lateral de manera que se
asemejara a un códice, pasando desapercibido en mi bolso de viaje. Ahora me encontraba con la difícil tarea de decidir que rollos entregaría y, muy a mi pesar, cuáles serían los que destruiría por ser
potencialmente peligrosos. Intenté mantener un hilo conductor para evitar que se notase el expurgo: allí estaba la historia del príncipe Neferkaptah, ciertas alusiones a la parte mágica, de conjuros y algunos de los conocimientos que el dios expresó a Akil; me arriesgué incluso con algo de magia relacionada con la muerte, la inmortalidad y la adivinación, ya que eran cosas que ellos conocían de su contenido. Sonreía para mis adentros pensando en lo que la gente era capaz de hacer por algo que era inútil, que no funcionaba. Yo había sido testigo de la fe de mi maestro y nunca le dije lo que pensaba realmente, porque solo era eso, nada más: una bonita historia con bonita moraleja. Pero nadie me haría caso y nadie me creería, incluso mi negativa se vería como un intento de ocultación. Así, con la selección hecha, me dispuse a esperar a los soldados, no tenía ninguna duda de que a la mañana siguiente estarían allí a por mí.
Y ocurrió, llegaron los soldados, cogieron los papiros y me condujeron ante el faraón. Recorrí las
calles de la ciudad a toda prisa, fijándome en los relieves, en las estatuas llenas de color y me vino a la mente la gran religiosidad, que rozaba el fanatismo, de las culturas en la que había vivido; como sus templos buscaba evocar el reino sagrado, como identificaban con total claridad el suelo con el río Nilo, las columnas con los árboles y los altos techos con el cielo, un todo unido para representar la divinidad;como las tumbas de sus reyes eran construcciones dignas de los dioses. Una divinidad de la que formaba parte el faraón ante el cual me llevaban y que tenía gran interés en ser más divino todavía gracias al libro de Tot. Me condujeron a una pequeña sala al sur del complejo palaciego y en la que me esperaban el faraón y Asenat. Los soldados extendieron los rollos sobre una mesa que había debajo de una de las ventanas y ocuparon su lugar, defendiendo la puerta, mientras la princesa me miraba exultante, orgullosa de su hazaña. No había rastro del rubor que antes demostraba al besarme o al gemir entre mis brazos, no había rastro de la pasión que, hasta hacía dos días, me profesaba. Pero no me importaba, debía poner fin a eso y convencerles de que sabía de su existencia por mi abuelo, quería abandonar la ciudad rápido, sin consecuencias, sin represalias y sin que sospecharan que escondí el pequeño libro en mis enseres personales, junto con el escarabajo que me había regalado. Hice una reverencia y hablé con respeto. Estaba ante el faraón por primera vez y debía ser capaz de comportarme. Lucía un shenti de color dorado sujeto a la cintura con un cinturón de cuero puro, una valona con varias vueltas de piedras blancas y oro al cuello y, sobre la cabeza, el nemes de rayas azules sujeto por la diadema real con el símbolo de la cobra, sustituía a la pesada corona y enmarcaba unos vívidos ojos oscuros bordeados con kohl.
—Aquí están los papiros, los que transcribió mi abuelo. Es todo lo que sé y si no soy necesario
para nada más, pido permiso para marcharme de la ciudad, en unos días debo presentarme en la casa de la vida de Bubastis para intercambiar unos rollos.
—¿Cómo funcionan? —me preguntó el soberano, mientras acariciaba el papiro de uno de ellos.
—Faraón, yo no conozco el uso que vos le otorgáis, solo sabía dónde buscarlos, ni siquiera los he
ojeado. No conozco su contenido ni su poder —miré a la princesa para que se diera por aludida—. No soy un dios.
—Eso lo veremos —dijo ella sin inmutarse ante mi comentario.
Asenat se aproximó a mí y, con una pequeña daga, me hizo un corte en el brazo. Enseguida
empecé a sangrar. Eso les convenció, sobre todo al faraón.
—Los dioses no sangran, Asenat. Déjale ir, tenemos lo que buscábamos —y se dirigió hacia
mí—. Confiaré en lo que dices y en que no conoces lo que contienen, no obstante, márchate antes de
que te considere una amenaza. El hecho de que hayas entregado los rollos a tu rey, demuestra tu
fidelidad, pero no quiero volver a verte en Egipto y, por tu bien, no hables de esto con nadie. Si estos
rollos contienen formas de asesinar a un faraón, podrían ser considerados como alta traición y el castigo para quien los posea o para quien los transcribió, sería la muerte. ¿Lo comprendes?
Asentí, me dejaba marchar quizás porque en el fondo también creía en mi divinidad y no quería
ensuciarse las manos o porque si acababa conmigo daría motivos para habladurías y el libro saldría a la luz debido a mi relación con él. La comprensión del faraón no me sorprendió, ante todo quería
mantener el poder de los rollos confinado en el palacio y a los asuntos reales. Arranqué un trozo del
lino de mi shenti y me envolví la pequeña herida, era mejor que no vieran que sanaba rápido, y me
alejé, no sin antes girarme y mirarla por última vez. Sujetaba uno de los rollos en sus manos cuando
alzó la vista y sonrió, sus ojos dejaban traslucir su ambición y yo no pude más que devolverle la
sonrisa. Era una pena que lo último que vi de ella fuera su fanatismo y su credulidad. Fue la única
mujer en mi vida que me utilizó así, no puedo decir que me afectara en realidad, pero aprendí una
lección y desde entonces evité a las que, como ella, se dejaban gobernar por el ansia de poder y la
codicia. Prefería estar solo que mal acompañado.
He de confesar que pasados unos cuarenta años regresé a Menfis y regresé para verla o más bien
para que me viera a mí. Fue en la celebración de la crecida del Nilo cuando más gente se congregaba
por las calles principales de la ciudad y allí estaba la princesa, ya anciana, observándome con los ojos muy abiertos. Le sonreí de forma irónica. Sé que me reconoció, yo buscaba que así fuera, y volví a desaparecer, esa vez para siempre. Fue mi pequeña venganza, mostrarle que me mantenía igual que hacía años y sembrarle la duda de por qué el libro no había funcionado con ellos. Hacerle creer que la había engañado y que no le mostré su poder real. Que más daba si seguía pensando que yo era el dios Tot y tenía ese don, si pensaba que nunca revelaría su magia a humanos como ellos, igual que no lo había hecho a Neferkaptah. Quería que creyera que fue un castigo del dios escriba por su soberbia y su pretensión de equiparase a la divinidad.
Así, después de entregar los papiros en palacio, recogí mis cosas y me marché, no había nada ni
nadie que realmente me atara allí, había aprendido a no aferrarme ni a los lugares ni a la gente. Era lo mejor. Sé que luego fueron esos papiros que yo entregué a Asenat los que se copiaron y sobrevivieron en el tiempo, que hubo mitos y leyendas sobre los que poseían el libro y el poder que podían conseguir, pero eran sueños e invenciones de un anciano. Era cierto que a mí me salvó, que, dedicarme a él y a mi maestro, me mantuvo cuerdo, que supuso mi gran viaje interior, el descubrimiento de mi yo. En cuanto a mi juventud, no tenía nada que ver con el libro, pero ellos no podían comprender mi verdadera naturaleza.
Mi bolso de viaje, esa vez, pesaba más: el escarabajo, el cincel, el colgante y ahora el libro de
Tot, que a partir de ese día fue creciendo y, como yo, añadiendo hojas, historia y adquiriendo
experiencia vital a lo largo de mis viajes.»

miércoles, 11 de noviembre de 2015

SINOPSIS "LA TRAVESÍA DEL ESCRIBA GÉNESI"

Buenos días a todos/as.
Aquí os dejo una sinopsis más desarrollada de la novela, por si apetece conocer más.
Un saludo.
ECN

"Cuando el experto en libros antiguos Alan Garden es requerido por su socio para
analizar un manuscrito en una de las islas del Egeo no se imagina que ese viaje de
trabajo le enfrentará a su pasado y mucho menos que las circunstancias que allí vive le
obliguen a desvelar su historia.
Allí se reencontrará con Liliana, una mujer que siempre marcó su existencia y
con la que le une algo más que el amor. Juntos, desde que tuvieron conciencia de su
mundo, sufrieron las fluctuaciones de la vida, separándose y uniéndose a lo largo de la
historia y de los milenios.
Un atentado contra su vida les obliga a contar su verdadera naturaleza a sus
amigos, a hablarles de su vida, del abandono, de los encuentros y
desencuentros ocurridos durante siglos, de su paso por la civilización sumeria, la
egipcia, por el mundo greco romano, por la edad media. Sus últimas vivencias en
Venecia, en el París de la revolución o en Nueva York. Sus recuerdos de las personas
con las que convivieron y de sus muchas identidades, de los que los odiaron y de los
que los amaron, de los lugares que marcaron sus vidas. Adán les habla de la biblioteca
de Alejandría en la que trabajó como escriba, del emperador Adriano al que lo unió una
gran pasión cuando él era Antínoo, de la compañía de Casanova en la ciudad de los
canales cuando Liliana había regresado a su vida y sobre todo les cuenta el valor del
manuscrito que había ido a autentificar a la isla: el libro de Tot. Un libro que muchos a
lo largo de la historia habían considerado mágico y esotérico, pero que para Alan
suponía un vínculo con la realidad y con sus vivencias en el antiguo Egipto que una vez
fue su hogar"

Es una novela apasionante que hará las delicias tanto de amantes de la historia
como de los relatos de amor y que busca, sobre todo, mostrar el papel de la mujer a lo
largo de los tiempos, a través del arte y la literatura.
Mi labor de bibliotecaria me ha llevado a amar el contacto con los libros y de ahí
que mi personaje tenga, como hilo conductor de su vida, ese documento: las tablillas de
arcilla, los papiros, los pergaminos, los códices… Y como compañero de viajes un libro
esotérico: el Libro de Tot, del que poco se sabe. Acompañaremos al protagonista en su
vida dedicada a los libros a lo largo de los milenios en un mundo que al principio le
resultó extraño, solitario y que solo su dedicación a la escribanía apaciguó.
Siempre me ha gustado escribir relatos, sueños y empezar libros que al final
quedaban en mi cajón de los recuerdos. Pero he conseguido terminar un libro, he tenido
la fuerza para hacerlo y ha nacido.
Tiene ficción: los protagonistas son inmortales y su verdadera identidad
sorprenderá y se convertirá en secundaria para el lector al seguir sus avatares
en la vida como personas comunes y corrientes y con las que se pueden identificar.
Tiene amor: narra los encuentros y desencuentros de los amantes a lo largo de
los siglos.
Es histórica: de fondo, contamos con el marco inconfundible de la historia.
Una crónica que nos conducirá desde la antigua Mesopotamia, la Atenas clásica
o la Biblioteca de Alejandría hasta el siglo XVIII en Venecia, la revolución francesa o
nuestro siglo, eje principal del relato de Alan un escriba sumerio, librero y, en la
actualidad, experto en códices y Liliana una mujer fuerte e independiente en un mundo
de hombres.



miércoles, 28 de octubre de 2015

RESCATADOS DEL EXPURGO

Buenos días a todos/as.
Hoy voy a mostrar uno de esos libros que se rescatan de un expurgo, que, aunque estén algo viejunos, merece la pena. Supongo que a todos los que nos gustan los libros nos pasa: esa sensación cuando entras en contacto con un libro antiguo, las ganas de tocarlo, abrirlo, olerlo, es el único sitio en el que el polvo del abandono no molesta, le da esa clase que todo lo olvidado llega a tener: la pátina del tiempo. Del tiempo en esa estantería sin que nadie le preste la más mínima atención, del tiempo en esas cajas esperando que unas manos amigas y una mente inquieta vuelva a necesitarlos. Por eso quiero hablaros de uno de ellos que saqué del abandono en un pequeña biblioteca y pasó a ocupar un lugar en mis estantes y de vez en cuando en mi mesita de noche.
El libro se titula EL LOBO Y LA PALOMA y es de KATHLEEN WOODIWISS. Una edición del año 1981 de Javier Vergara, aunque su año de creación fue 1974. El libro narra una historia de amor en los tiempos de la conquista de Inglaterra por Guillermo el Conquistador allá por el siglo XI. Una mezcla de amor, honor entre una sajona y un bastardo normando. Una delicia de novela romántica con una trama interesantísima y trasfondo histórico que te apasionará desde el principio. Yo creo que fue mi primera novela de género romántico y, a pesar de que muchas otras me han gustado ninguna fue como esta, supongo que hace mucho que sea la primera como ya he dicho. Tuve que arreglarle el lomo y las hojas interiores, pero aguanta bien.
Otro día os hablaré de más libros rescatados.
Os dejo la sinopsis y si tenéis la suerte de que cae en vuestras manos: leedla y ya me diréis.

Sinopsis

Aislinn, hija de un señor feudal de la Inglaterra del siglo XI, ve cómo los invasores normandos matan a su padre y se apoderan de sus tierras. Su belleza sensual la convierte en el tesoro más codiciado del botín de los vencedores y dos caballeros, uno brutal y sanguinario, el otro valeroso y temible, se la disputan en combate singular ante la fastuosa corte del rey Guillermo el Conquistador. El triunfador desconfía de las mujeres y la toma solamente como amante y sierva privilegiada. Mientras su cuerpo empieza a conocer los arrebatadores estremecimientos de la pasión. Aislinn debe sufrir toda clase de humillaciones motivadas por los celos y la envidia. Pero así como el lobo más salvaje puede ser domesticado por el amor, la paloma más dulce es capaz de inesperados arranques de ferocidad.

Espero que os guste.
Un saludo.
ECN

miércoles, 14 de octubre de 2015

AZAFRÁN

Buenos días a todos/as.
El otro día en el facebook encontré una foto que me devolvió a la niñez, a esas tardes de estufa y mesa con faldas o sayas, como las llamaba mi abuela, mondando la flor del azafrán entre las mujeres de mi familia, mientras los hombres traían las cestas llenas. Allí las conversaciones fluían mezcladas entre temas cotidianos y novedades del pueblo, allí se continuaba la tradición que mis padres heredaron de los suyos y mis abuelos de los suyos, por generaciones. Días después permanecía el olor de la especia y de su tueste al hornillo de la estufa, mi madre era una gran experta en convertirlo en el hilo de oro.
Hoy día ya no recogemos azafrán en mi familia, los tiempos han cambiado, las cosechas, los terrenos, pero fotos como esta me siguen trasladando a esos días de antaño con nostalgia.
ECN





lunes, 28 de septiembre de 2015

MAÑANA EN LA NATURALEZA

Buenos días a todos/as.
Ayer empecé la mañana escribiendo, pero dos horas después decidí hacer un alto y despejarme, bajando al río Cabriel con mi perra Babel. El agua estaba helada aunque ella se metió y disfrutó lo suyo corriendo por el recodo que elegimos para descansar del paseo. Una buena mañana.
ECN

martes, 15 de septiembre de 2015

IDENTIDAD REAL DE MIS PERSONAJES

Buenos días a todos/as.
Ha llegado el momento de desvelar la identidad real de mis personajes: Alan y Liliana y lo haré con un fragmento de la novela. Espero que os guste.
ECN
PARTE II: GÉNESIS
«Dios hizo al hombre a su imagen y semejanza, y una de esas semejanzas es la INMORTALIDAD…»
CAPÍTULO VI
"Soy el eterno. A su imagen y semejanza. Soy el que fue elegido para gobernar su Edén. Soy el creado, pero no nacido. Soy Adán."
"Ella es la eterna. A su imagen y semejanza. Es la que fue elegida para gobernar su Edén. Es la creada, pero no nacida. Es Lilith."
He tenido muchos nombres. En cada cultura de la tierra uno distinto. Los sumerios pensaban que fui creado por los Elohim, para cuidar la tierra y me llamaron Adapa. El génesis, que nos coloca en el Edén, me llamó correctamente Adán, cuyo significado fue tierra. Los dioses grecorromanos, los aztecas y la mayoría de religiones coinciden en la creación del hombre para servir a dios. Aunque, en las distintas versiones de la creación que fuimos conociendo a través del tiempo, nos costó mucho entender que hablaban de nosotros. Era difícil identificarse con la creación perfecta de un dios si lo que perseguías era conseguir un lugar en un mundo nuevo como un hombre. Yo, recuerdo nuestro jardín y nada más, no servía a ningún dios y, aún hoy, no sé el propósito con el que fuimos creados. Pero fue Ella la que antes abandonó nuestro hogar y se convirtió en mito. Ella fue la diosa madre de los primeros clanes, la diosa Inanna de los sumerios, la Ishtar de los babilonios, la diosa Sekhmet de los egipcios, la diosa Tanit de los púnicos, la diosa Kali de los hindúes; ella fue la diosa griega y romana del amor. En la mayoría de las creencias también fue un espíritu malvado que tentaba al hombre y atacaba a los niños, robándoles el espíritu. En la edad media la acusaron de ser una bruja y fue la primera mujer independiente y libre en un mundo de hombres. Ella fue la primera mujer: Lilith y, junto a mí, la dueña del paraíso.
Como sabéis, la historia hizo que ella se convirtiera en la femme fatale, símbolo de la libertad, la sensualidad y el erotismo del que carecían la mayoría de las mujeres. Siempre me sorprendieron las versiones que se extendían en un mundo claramente masculino en el que a cualquier mujer con iniciativa propia se la tachaba de malvada, demonio o bruja y servía para adoctrinar a mujeres sumisas y sin decisión. Y resulta que, según la mayoría de las tradiciones, el primer machista fui yo: Adán. Los textos religiosos establecían la huida de Lilith del paraíso por un conflicto de posición en el coito y señalaban el hecho de que ella buscaba igualdad y no la encontraba. Al revelarse, la convirtieron en un súcubo que devoraba recién nacidos por venganza, el símbolo de los vampiros. La leyenda del demonio de la noche, continuo siendo exagerada a partir de ahí, como fábula y advertencia hacía esa clase de mujeres, por una sociedad de hombres. Todo eso se relató a expensas de nuestra verdadera naturaleza, un cuento paralelo a los dos. Éramos nosotros, sin ser nosotros, sino lo que representábamos como primer hombre y primera mujer de la historia. Mientras, ella siguió su vida como una mujer normal y luchadora a los ojos de sus contemporáneos. Al ser una mujer libre siempre se mantuvo en una posición social elevada. Si repasáis los cuadros de ahí arriba, de cualquier época y de cualquier estilo, la veréis a ella: una hermosa mujer de piel blanca y cabellos pelirrojos. La Anadyomene de Tiziano, las lamias de Waterhouse, la venus de Cabanel del dormitorio principal, la de Boticcelli, la de Bouguereau y sus bañistas, las de Renoir, la Danae de Klint, la Lilith de Collier, la de Rossetti … solo hay que hacer un recorrido por el arte para verla. Me he pasado siglos viéndola representada en ellos. Incluso hoy, Lilith es el símbolo de la mujer liberada, en igualdad con el hombre, aunque manteniendo toda su sensualidad.
Hemos pasado toda la vida encontrándonos y alejándonos el uno del otro. Las épocas que estábamos juntos, me contaba cómo había sido su vida en todo ese tiempo. Pero nunca aguantábamos grandes periodos juntos, siempre surgía algún conflicto que nos obligaba a renunciar el uno al otro. Después de tantos milenios y con la sabiduría que el tiempo otorga, me he dado cuenta de que siempre la culpé y la odié por alejarse de nuestro hogar y por lo que era, para mí, una traición, ¡iluso de mí! Ahora sé que era yo el que la traicioné a ella, yo, que debería haber sido su apoyo, fui el que más la relegó a un nivel inferior. Siempre creí que era más que ella y, sin escucharla, busqué su comprensión. Yo fui la causa de que abandonara nuestro hogar y creí que así la castigaba a vivir en un mundo en el que la oscuridad habitaba en el hombre. Pero ella nunca sufrió por eso, aprendió a sobrevivir. Se adaptó y manejó al hombre como quiso, no le importaba en absoluto lo que ellos pudieran sentir y nunca llevó sus sentimientos más allá de una necesidad momentánea, porque el amor lo tenía reservado para mí y yo era quien la hacía sufrir, ya que ella sabía que nunca la entendería. Con el paso de los siglos esa certeza se hizo más profunda y yo apenas me daba cuenta de su silencio.
Desde el principio estuvimos juntos. Habíamos sido creados a imagen y semejanza del creador. Unos lo llamaréis dios, otros fuerza primigenia creadora, otros, quizás, madre tierra. No tuvimos conocimiento de una divinidad hasta que convivimos con otras civilizaciones y sus religiones. Nos manteníamos en aquel lugar sin pensar lo que habría más allá; allí teníamos cualquier cosa que necesitáramos, sobre todo tranquilidad, bondad y paz, aunque eso lo apreciáramos más tarde. Los animales vivían en perpetua armonía unos con otros sin interferirse y nosotros dos controlábamos el entorno natural sin relacionarnos mucho con ellos, ya que no los necesitábamos. Nos alimentábamos de frutos de los árboles y bayas silvestres, nunca teníamos preocupaciones y nuestra vida era perfecta. ¿Qué cambió entonces? Éramos felices en nuestro pequeño mundo, por lo menos eso creía yo. No me paré a pensar que ella sentía de otra manera y que tenía otras inquietudes diferentes a las mías. Nunca me he sentido bien en ningún sitio más, como si no perteneciera al mundo que me rodeaba. No sé por qué lo abandoné, supongo que me daba miedo la soledad que sentí cuando ella se marchó y, después de esperarla tanto, decidí seguir su ejemplo y abandonar nuestro hogar. Me sentía traicionado, prometió volver a mí. Y yo me vi obligado a marcharme, siempre la culpé. Ahora sé que la decisión fue solo mía. No había conciencia de tiempo en nuestro paraíso, no sé el que transcurrió desde que ella se fue hasta que lo hice yo, podrían haber pasado dos horas en el mundo o dos mil años. Pero los mejores momentos de mi vida siempre estuvieron allí con ella.
Eric y Eliza escuchaban atónitos y me di cuenta de que empezaban a entender la envergadura real de la historia que estaba iniciando.
—Si conocéis los mitos sobre la creación, sobre todo, el más universal establecido por la Biblia, observaréis que dios colocó al hombre al este de un edén, un jardín, un paraíso. Que los creó a su imagen y semejanza, varón y hembra, aunque, después, aparezca en posteriores capítulos del génesis una versión diferente, con el dato de la costilla y que, debido a la tentación a la que nos sometió la serpiente, fuimos expulsados del paraíso. No voy a discutir su verosimilitud o su intento de moralización, pero conocí, milenios antes del texto hebreo, una tablilla sumeria de gran parecido: la epopeya de Gilgamesh en la que ya se hablaba de la creación del mundo en siete días, de una diosa con forma de serpiente y de la creación del hombre; del fruto prohibido, de la tentación, del diluvio y de muchos más relatos de los que posiblemente bebió el texto sagrado posterior. Podemos establecer más similitudes, por ejemplo el hecho de que la serpiente sea la que hace pecar, la serpiente como símbolo de los dioses antiguos contra el nuevo dios, o que fuera la mujer la que arrastró al hombre, mientras en otras religiones fueron tentados juntos. Siempre habrá diferentes versiones del mismo hecho, siempre habrá novedades en sus historias; la eliminación de Lilith como primera mujer en la Biblia y su transformación en demonio e incluso, si avanzamos en el tiempo, el simbolismo liberal que su nombre ha alcanzado entre las mujeres actuales.
Pero lo más curioso de todo eso era que no llegamos a tener claro cuál fue nuestro papel real en todas esas religiones y mitos. Por un lado, parece que hablen de nosotros, por otro lado, no es posible que supieran de nuestra existencia real, solo cabe pensar en la trasmisión oral antiquísima que algunos de nuestros actos inconscientes pudieron tener. Si nosotros somos realmente esa primera pareja creada a semejanza de dios es algo que nunca sabremos con exactitud. Proseguí…




jueves, 10 de septiembre de 2015

SEGÓBRIGA

Buenos días a todos/as.
Este fin de semana hicimos una visita a Segóbriga, en un espléndido domingo después del viajecito a Madrid a llevar a mi sobrina. La tarde fue fenomenal y las nubes que se esparcían por el cielo azul hicieron de nuestras fotos unas postales, preciosas. Nos trajimos de recuerdo unas panorámicas hechas con las super cámaras que llevan los móviles ahora y que puede que en un futuro creen un bonito friso en mi casa. Y, cómo no, para un escritor supuso un ambiente ideal para dejar volar la imaginación y cada esquela romana y cada monumento supuso un punto de partida para la inspiración, igual un día es una buena novela...
ECN.



sábado, 5 de septiembre de 2015

ACLARACIÓN

Buenos días a todos/as.
Hoy solo quiero aclarar por qué utilicé ese título: GÉNESIS.
A parte del sentido bíblico que todos le conocemos, el significado de génesis es el principio u origen de una cosa.
Por eso tiene un valor especial. Por un lado es el primer libro, el origen; también es el principio de mi andadura como escritora y el inicio de cualquier relación con este mundo. Mi primer blog y mi primera versión en redes sociales...
Es el PRINCIPIO DE TODO para mí.
Un saludo.
ECN

miércoles, 2 de septiembre de 2015

FRAGMENTO CAPÍTULO 2

Buenos días a todos/as
Os dejo un fragmento del capítulo 2.
Espero que os guste.
ECN
"¡Cómo había cambiado todo! Recuerdo la Grecia de hacía siglos. Recuerdo pasear por el ágora de Atenas, recuerdo los templos, recuerdo los primeros museum, las primeras bibliotecas. Recuerdo las noches de amor en su compañía, como observaba mientras, muchos de los hombres más poderosos de la polis, se disputaban su atención, siempre la más bella, la más culta y la más refinada. Me atraía ver el poder que llegaba a tener sobre ellos, sin que ellos se dieran realmente cuenta de ese influjo, creyendo que la poseían y la dominaban, pero eran espejismos. Ella siempre fue, ante todo, libre y fuerte; nunca pertenecería a nadie, ni recibirá órdenes de ningún hombre. Ni siquiera de mí.
Respiré profundamente el aroma de los pinos, concentrándome en el sonido del viento entre sus ramas. Todo lo que veía a mi alrededor era distinto y… todo era igual: la misma tierra que había pisado, el mismo mar que golpeaba la costa… Y yo, siempre el mismo y a gusto en mis elementos."



lunes, 31 de agosto de 2015

BLOGEROS DEL MUNDO

La verdad es que siempre pensé que era más fácil despertar la curiosidad en algún blogger. He visto muchas páginas y recomiendan muchos títulos, pero la verdad es que no he entendido aún la mecánica de lectura de esas páginas, cómo llegan a interesarse por un libro u otro, qué intereses puede o no haber, por qué unos sí y otros no. Bueno, esperemos a la suerte y que alguien alguna vez se atreva. ¡TE ESPERO CON ANSIAS!
ECN.


martes, 25 de agosto de 2015

YA EN TAPA BLANDA

Buenos días a todos/as.
Ya está disponible en Amazon la versión en tapa blanda de mi libro para aquellos que no les guste leer en tablet o ebook y prefiera tener el libro físico entre sus manos. Otra opción es poner: Génesis. Crónica de un amor en el buscador de la propia página de Amazon y ahí te aparecen las dos versiones, estoy mirando para que aparezcan juntas en un solo enlace, pero por ahora son dos distintos.
Os dejo el enlace para la versión en tapa blanda:
http://www.amazon.es/Genesis-Cronica-Eva-Cubas-Navarro/dp/1515032361/ref=pd_rhf_gw_p_img_1?ie=UTF8&refRID=1YDFVXHWT1JFX3TJ7K1X



















¡Espero que os guste!
ECN

lunes, 17 de agosto de 2015

HOY LLEGÓ LA PRIMERA COPIA IMPRESA

Buenos días a todos/as.
Esta mañana no empezó muy bien, el lunes no se presentaba muy prometedor y de repente llega un paquete y dentro de él la primera copia impresa de mi libro. ¡Qué ilusión! Por fin lo puedo tocar, ahora ya parece un libro... jejej. Y la verdad es que ha llegado antes de lo que esperaba porque me dijeron que hasta septiembre nada.
¡Ya lo puedo enseñar!
Ahora a corregirlo y pronto en venta en formato físico con tapa blanda.
ECN

miércoles, 12 de agosto de 2015

HOY TOCA LEER

Buenos días a todos/as.
La semana pasada por fin, y después de todo el trabajo, he vuelto a leer con ganas. Reconozco que lo dejé de lado mientras escribí "Génesis", a pesar de que algo sí leí, no fue con la intensidad con la que lo hago siempre. Pero ahora me he reenganchado, alternándolo con mis nuevas ideas para otras novelas, y he acabado el segundo libro de La Saga de los Longevos: Los hijos de Adán, ¡qué puedo decir!, solo que me encantó igual que el primero y lo acabé en un suspiro, espero con ansia la continuación. Ahora voy a arrancar con la trilogía del valle del Baztán de Dolores Redondo, que llevaba tiempo queriendo empezar y después tengo dos ebook que descargué de amazon también: Tres manzanas de Sol Fink y El Camino de los Cedros de Hugo de Martín, ¡hay que apoyar al compañero!
Adelante.
Fuertes mimos a todos/as.
ECN

viernes, 7 de agosto de 2015

EL LIBRO DE TOT

Muy buenos días. Hoy quiero hablaros del Libro de Tot, el hilo de unión de mi novela, el objeto que toma forma propia y se hace el compañero de viaje del protagonista a lo largo de su vida. Un libro esotérico y cuya leyenda ha llegado a nuestros días. He recogido la información de una fuente de internet que resume bien la historia del libro, no obstante, encontraréis mucha más en la red. Espero que os resulte interesante.
ECN

"El Libro de Toth, un libro legendario y tan misterioso del que no se tiene certeza de su existencia, comienza a ser mencionado insistentemente a partir del siglo V d.C., resulta curioso saber que aquellos alquimistas de la época que afirmaban poseer este libro sufrieron accidentes misteriosos. Otro dato curioso en torno al libro de Toth es que algunas personas estudiosas afirman que el saber guardado en sus páginas ha llegado hasta nuestros días en lo que se conoce comúnmente como el Tarot, una baraja compuesta de 78 tarjetas que apareció alrededor del año 1100 de nuestra era.
Pero, ¿qué es el libro de Toth?
Responder esta pregunta no es sencillo, pues aunque se tienen muchos detalles y a lo largo de la historia humana han aparecido numerosos relatos que aluden a este manuscrito, es imposible tener un dato que resulte certero y nadie hasta ahora ha ofrecido pruebas contundentes de la existencia de este libro. Sin embargo, podemos proporcionar algunas pistas que nos permitan saber qué es este libro y por qué ha sido tan importante:
La creación de este manuscrito se remonta a la antigua cultura egipcia, algunos afirman que es incluso previo a los egipcios, aproximadamente unos 10,000 o 20,000 años antes de nuestra era; se dice que fue obra de Toth, un escribano egipcio que alcanzó tal nivel de conocimiento que se convirtió en el dios de la sabiduría, gobernó sobre todos los dioses egipcios e inventó la escritura, por tal motivo se le representaba como un ser humano con cabeza de ibis, con una pluma de caña en una mano y en la otra una paleta con la tinta que utilizaba para escribir sobre el pergamino. Toth o Tot, plasmó en los cerca de 20,000 volúmenes que componen el libro todos sus conocimientos, las fórmulas mágicas para poder hablar con los animales, resucitar a los muertos, controlar cualquier fenómeno de la naturaleza y, en general, todo aquél que lo poseyese tendría un poder ilimitado.

jueves, 6 de agosto de 2015

PRIMER CAPÍTULO GÉNESIS

Buenos días. Hoy quiero dejaros el primer capítulo de mi novela. Espero que os guste.
ECN


CAPÍTULO I


No puede ser que esté aquí de nuevo. ¿Cómo era?: el hombre es el único animal que tropieza dos veces en la misma piedra. Posiblemente, ese dicho estaba escrito para mí porque, por lo que recuerdo, siempre tropecé en esa roca, una y otra vez y otra y otra…
Pero, analizando las cosas con más calma y observando la situación en la que me encontraba, hasta podría definirme como el ser humano más feliz sobre la tierra.
Las causas eran sencillas. Primero, tenía al fin en mis manos mi manuscrito. El mismo que escribí en la casa de la vida de Menfis. El mismo que guardé y llevé conmigo cuando me marché de Alejandría, uno de los peores días de mi vida, mientras, llorando, veía arder mi adorada biblioteca y destruirse su cultura. El mismo que, ya en el monasterio, oculté, protegí y conservé. El mismo que, debido a una traición, me fue arrebatado de las manos durante mi estancia en Venecia allá por el siglo XVIII. El mismo que ahora estaba ante mí.
El libro estuvo perdido durante doscientos años sin dejar ningún rastro y ya había perdido la esperanza de recuperarlo. Pero allí estaba, en manos de la persona que menos esperaba. Sabía que era auténtico, lo reconocería entre un millón: cada una de sus páginas, las adaptaciones que se sucedieron a lo largo de los siglos, la transformación y el deterioro del papiro, la portada de piel y el pergamino que le añadí, los nuevos recuerdos y cada daño que había sufrido. EL LIBRO DE TOT, el primero de ellos, cuando el dios Dyehuty (llamado Tot por los griegos) era nuestro guía: el dios de la sabiduría y de los escribas. El mundo especulaba sobre los conocimientos de ese libro, sobre su poder esotérico y, durante siglos, fue esa búsqueda de conocimientos mágicos la que favoreció su fama y perturbó mi existencia. Pero solo yo sabía que, a pesar de lo que se creía, nunca había sido hallado ningún ejemplar. Nunca, los que dijeron conocer sus secretos, tuvieron en sus manos el auténtico libro. Siempre permaneció oculto. Todo eran suposiciones infundadas de ocultistas y magos, ávidos de éxito y poder.
            Y segundo, estaba ante Ella de nuevo, otra vez y otra y otra: mi piedra de siglos.

lunes, 3 de agosto de 2015

TODO TIENE UN COMIENZO

Así comenzó todo. Con estas simples frases y tiempo después se convirtió en "Génesis"
ECN
"Lo  primero que olí fueron las lilas y los jazmines del jardín. Lo primero que vi, al abrir los ojos, fue a Ella. Fue también lo primero que toqué y su risa lo primero que oí. Mi primera conciencia fue Ella. Así empezó nuestra existencia. Así me condené a un Amor Eterno. Fuimos creados inmortales, iguales y complementarios. Ella era el fuego y el aire. Yo la tierra y el agua. Tan necesarios entre ellos y tan opuestos entre sí."

jueves, 30 de julio de 2015

ARTE Y ARTISTAS

Buenos días a todos. Hoy quiero hacer un recorrido por algunos de los cuadros que llamaron mi atención y me hicieron pensar en que el ideal de la belleza femenina en el arte siempre se mantuvo igual: una mujer de piel blanca y de cabellos rojos...
Curioso, ¿verdad?
ECN







miércoles, 29 de julio de 2015

CUENCA

Buenos días a todos. Hoy quiero colocar un fragmento de uno de los capítulos que he dedicado a la ciudad de Cuenca. Elegí Cuenca porque es mi provincia, una ciudad que me encanta y que se acomodaba a lo que iba buscando, estoy bastante cerca para poder caminar por ella y ¿qué más puedo pedir?
Espero que os guste. Os dejo también un enlace a una web en la que puedes pasear virtualmente por la Cuenca de hace siglos y ver su evolución. Está en la barra lateral del blog.
ECN



CAPÍTULO XXIX

La villa colgada entre dos ríos…


«Nos alejamos de Flandes, busqué otro lugar para vivir con tranquilidad, era lo mejor para una niña que nunca había convivido con más de diez personas. Decidí arriesgarme más al sur, con un clima más benigno y en el que luciera el sol; regresé a Hispania, ahora dividida entre cristianos y musulmanes, esa vez para una estancia más prolongada y nos establecimos, después de varios años, en Castilla. El centro del reino había sido reconquistado por los cristianos hacía ya muchos años y el crecimiento de la villa que elegí, favoreció mi decisión. El sitio en cuestión estaba alcanzando la calidad de villa y la construcción de una gran iglesia gótica donde antes estaba la mezquita, manifestó el cambio de gobierno y religión, la población se extendió desde el castillo, en la parte alta, hasta los límites de los dos ríos que la envolvían con sus hoces y cuyo cerro rocoso albergaba a sus gentes. Una villa fortaleza que aprovechaba el terreno para protegerse y que los musulmanes, los primeros en establecerse allí, llamaron Kunka. Fue nuestro hogar desde ese entonces.
No tengo claro por qué elegí ese lugar, habíamos visitado varios territorios de la península. Recuerdo nuestro paso por San Isidoro de León, una imponente edificación del primer románico que destacaba por las pinturas de su panteón entre las que admiré las representaciones de Adán y Eva, el Pantocrátor, la última cena o las escenas de labradores, de trazos sublimes en negro y colores vivos. Todas las pinturas estaban destinadas a enseñar a los que no sabían leer, una biblia en la piedra de sus bóvedas y capiteles. La oscuridad del lugar y la sensación de poca altura, nos hacía sentir todo el poder de su espiritualidad, aún me acuerdo de la carita de Maddie mientras las contemplaba; yo en esos días estaba más interesado en los manuscritos y códices que se custodiaban en el claustro del complejo de la colegiata y, después de conocerlos, busqué otros lugares para descubrir y enseñar a la niña. Maddie contaba con unos doce años de edad y dominaba a la perfección el idioma que en todo ese tiempo me dediqué a enseñarle, atrás quedaba la vida de reclusión y exclusión que llevaba en la leprosería, era capaz de leer, escribir y hablar en varias lenguas, algo inusual para las mujeres de ese tiempo.

martes, 28 de julio de 2015

SINOPSIS Y PERSONAJES

 
Siempre me ha gustado escribir relatos, sueños y empezar libros que al final quedaban en mi cajón de los recuerdos. Pero he conseguido terminar un libro, he tenido la fuerza para hacerlo y ha nacido. Es mi primer manuscrito completo, de alguien sin currículo literario, sin galardones y sin experiencia.
 Os dejo una sinopsis más extensa y un resumen de los personajes.
Se trata de una obra narrativa, aun así, no sabría englobarla en un único género.Tiene ficción: los protagonistas son inmortales y su verdadera identidad sorprenderá, cuya naturaleza se convertirá en secundaria para el lector al seguir sus avatares en la vida como personas comunes y corrientes y con las que se pueden identificar.
            Tiene amor: narra los encuentros y desencuentros de los amantes a lo largo de los siglos.
            Es histórica: de fondo, contamos con el marco inconfundible de la historia.
            Una crónica que nos conducirá desde la antigua Mesopotamia, la Atenas clásica o la Biblioteca de Alejandría hasta el siglo XVIII en Venecia, la revolución francesa o nuestro siglo, eje principal del relato de Alan un escriba sumerio, librero y, en la actualidad, experto en códices y Liliana una mujer fuerte e independiente en un mundo de hombres.
           Los personajes principales son:
           Alan Garden: es un hombre que encontró su lugar en un mundo que nunca consideró el suyo y del que siempre se sintió aparte. En su interior culpa a Liliana por abandonarlo al principio y siempre busca recuperar la paz y armonía vividas junto a ella. Mientras tanto, su carácter le hace entrar en conflicto con Liliana ante lo que él considera el derecho de un hombre y le duele que ella no lo necesite o que no dependa de él, pero a la vez es consciente del poder de la mujer y siempre defenderá su igualdad. Su trabajo con los libros desde antiguo es su línea de supervivencia a lo largo de los milenios.
            Liliana Moon: La mujer que la religión ignoró, una mujer fuerte, independiente y una ganadora en un mundo de hombres. Una mujer que tuvo que sobrevivir y utilizar su inteligencia y belleza para hacerse un hueco en ese mundo machista a lo largo de los siglos. Sacerdotisa, hetaira, musa de artistas y mujer de negocios destaca porque nunca se rinde y nunca duda, solo se siente expuesta ante Alan y ante sus conflictos que parecen no acabar nunca.

           Otros personajes: los demás personajes son los que pasan por sus largas vidas, desde históricos como Praxíteles, Carpócrates, Adriano, Botticelli o Casanova; hasta los que comparten existencia, sus compañeros sumerios y egipcios, los escribas y copistas de la biblioteca de Alejandría, los monjes de un pequeño monasterio, los habitantes de la villa de Cuenca o los condes del siglo XX. No obstante cabría destacar a Eliza, ayudante y amiga íntima de Liliana y a Eric, el socio de Alan, y que son quienes son los afortunados que escucharan su historia.

          Hasta aquí las alusiones, otro día colgaré un trozo de la novela.
Un saludo.
ECN