lunes, 10 de octubre de 2016

Booktour de mi novela LA TRAVESÍA DEL ESCRIBA GÉNESIS (I)

Holaaaaa. Hoy vamos a iniciar un recorrido por las zonas, por las culturas, por el arte y las civilizaciones que aparecen en la novela LA TRAVESÍA DEL ESCRIBA GÉNESIS.
Como ya sabéis Alan es un experto en libros, aunque debido a su larga vida podríamos decir que es un ESCRIBA. Por eso vamos a iniciar este booktour por sus orígenes dentro del mundo en la Antigua Cultura SUMERIA.
La ciudad de ERIDÚ fue una de las más antiguas de la cultura que se estableció en los cauces de dos de los ríos más importantes de la antigüedad en el creciente fértil de Mesopotamía, mucho antes de que las ciudades de Ur, Uruk o Babilonia se convirtieran en ciudades importantes y es en ella en la que establezco a mi ESCRIBA.
Sumeria

Fue una región histórica de Oriente Medio que era parte sur de la antigua Mesopotamia, entre las planicies aluviales de los ríos Éufrates y Tigris. La civilización sumeria es considerada como la primera y más antigua civilización del mundo.

Los sumerios inventaron jeroglíficos pictóricos que más tarde dieron lugar a la escritura cuneiforme propiamente dicha, y su lengua junto con el del Antiguo Egipto compiten por el crédito de ser la lengua más tempranamente documentada. Ha sobrevivido un gran corpus formado por cientos de miles de textos en sumerio, la gran mayoría de estos textos en tablillas de arcilla. Los textos sumerios conocidos incluyen textos personales y cartas de negocios y transacciones, recibos, listas de léxico, leyes, himnos y plegarias, encantamientos mágicos e incluso textos científicos de matemáticas, astronomía y medicina. Las inscripciones monumentales y los textos escritos en diferentes objetos como estatuas o ladrillos también eran bastante comunes. Muchos textos sobrevivieron en múltiples copias, ya que fueron transcritos varias veces por escribas en formación.
Tratar un asunto tal como la religión sumeria puede ser complicado, dado que las prácticas y creencias adoptadas por aquellos pueblos variaron mucho a través del tiempo y la distancia, cada ciudad poseía su propia visión mitológica y/o teológica. Los sumerios fueron posiblemente los primeros en escribir sobre sus creencias, que luego fueron la inspiración para gran parte de la mitología, religión y astrología mesopotámica, aunque ello no implica que su religión fuera la primera y que no hubieran tomado costumbres y ritos de otros pueblos.
Los sumerios veían los movimientos a su alrededor como la magia de los espíritus, magia que era la única explicación que tenían de cómo funcionaban las cosas. Esos espíritus eran sus dioses. Y con muchos espíritus alrededor, creían en varios dioses, que tenían emociones humanas. Creían que el sol, la luna y las estrellas eran dioses, al igual que los juncos que crecían a su alrededor y la cerveza que destilaban.
Creían que los dioses controlaban el pasado y el futuro, que les revelaban las habilidades que poseían, incluyendo la escritura, y que los dioses les proporcionaban todo lo que necesitaban saber. No tenían la visión de que su civilización se hubiera desarrollado por sus propios esfuerzos. Y tampoco tenían visión de progreso tecnológico o social.
Cada uno de los dioses sumerios (en su propia lengua, dingir y en plural, dingir-dingir o dingira-ne-ne) era asociado a ciudades diferentes, y la importancia religiosa a ellos atribuida se intensificaba o declinaba dependiendo del poder político de la ciudad asociada. Según la tradición sumeria, los dioses crearon el ser humano a partir del barro con el propósito que fueran servidos por sus nuevas criaturas. Cuando estaban enojados o frustrados, los dioses expresaban sus sentimientos a través de terremotos o catástrofes naturales: la esencia primordial de la religión sumeria se basaba, por lo tanto, en la creencia de que toda la humanidad estaba a merced de los dioses. Nótese la similitud de la creación del hombre a partir del barro con el relato del Génesis.
Los escribas antiguos gozaban de ciertos privilegios y aunque muchos eran esclavos a los que enseñaban desde niños su labor era valorada y muy necesaria. 
Adal, el nombre de mi protagonista en esa época, amó el trabajo de la arcilla y de las tablillas y amó la escritura desde sus inicios y es algo a lo que siempre estuvo ligado, independientemente de la cultura en la que viviera.
Descubre junto a él esta cultura, sus dioses, sus ritos, su escritura, su sociedad. Adentraté en sus costumbres, sus convicciones y su religión.

Título: LA TRAVESÍA DEL ESCRIBA GÉNESIS
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 Un saludo y espero que os haya resultado interesante.
ECN

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