lunes, 16 de enero de 2017

LEONCIO: AVENTURAS DE UN GATO CABRÓN. CAP 3: NO HA SIDO UNA DULCE NAVIDAD.

Hola a tod@sssss.
Os dejo el capítulo 3 de Las Aventuras de Leoncio mi gato cabrón, jejejej.
Espero que os guste.
Un saludo.
ECN.


CAPÍTULO 3 o "...CÓMO PARA MÍ NO FUERON UNAS DULCES NAVIDADES"

""Buenos días. Me parece que no hace falta que me presente de nuevo, pero por si acaso ahí va: soy Leoncio, un precioso y buenísimo gatito al que le gusta contar su día a día. Sin embargo, esta vez estoy algo triste y es que mis navidades no han sido dulces, no han sido de OH OH OH. Y os relataré el motivo para que veáis que pobrecito soy −suspiro largo y cara compungida−.


Después de las fiestas, y como a la mayoría del mundo le ocurre, me hicieron un gran regalo. Mis dueños me compraron un magnífico parque de atracciones para mi entretenimiento y lo colocaron en un rincón precioso del salón −menudos ojos se me abrieron al verlo, qué felicidad, ronroneé, lancé maullidos cariñosos y, me restregué con alegría en las piernas de mis adorados dueños−. Estaba deseando meterme dentro y disfrutar de sus atracciones, de sus nuevos olores y jugar y jugar.
Sí, ahora viene el problemaaaaaaa….NO ME DEJAN USARLOOOOOOO….

Lo he intentado por activa y por pasiva, disimulando, evitando mirar el rincón. He intentado pillar desapercibida a mi dueña y a veces he conseguido entrar, pero mi felicidad es efímera porque enseguida llega ella, me saca de allí y me riñe con ganas. Siempre que lo hago lo hace, no me gusta que me riña, me desestabilizo y encima sin ningún motivo, ¿qué tiene de malo querer disfrutar de mi regalo de navidad? Pues no lo entienden, estos humanos a veces son incomprensiblessssssss, no son capaces de ver mi lucha, mi desasosiego, vale que dispongo del resto de la casa para hacer y deshacer, que no me prohíben nada más… pero ese parque…no, que no lo entiendo.

Además, en ese parque artificial están los juguetes más bonitos del mundo, los perfectos para mí porque hay unos peluches que se mueven solos, peluditos y que parecen tener vida propia, son perfectossssssss, tan blanditos, que caben perfectamente en mi boca y huelen tan bien. Me miran con unos ojillos y mueven sus bigotes minúsculos, desde luego no iba a comérmelos, yo tengo mi pienso Premium, pero jugar un pocoooooo, ¿por qué no me dejan hacerlo? Mi dueña dice que deben ser mis hermanos y que el parque es suyo, yo la miro con pena: ¿entonces no son juguetes para mí? Ella me dice que no son para mí, que son unos hámster o no sé qué, Merry y Pipin los llama y que deben ser mis amigüitos. Pero ella no se da cuenta del suplicio que es para mí verlos moverse, correr en una bola transparente por todo el salón y solo poder mirar… Y los amigüitos juegan juntos −cara de pillo que pongo, pero no cuela−. Ella vuelve a negar y a regañar.


Así pues, ya podéis entender mi congoja, mi pena: tengo un paraíso a mi alcance y no puedo tocarlo ni disfrutarlo. ¡¡¡¡¡¡¡¡AY QUÉ VIDA ME HA TOCADO!!!!!! Bueno tendré que conformarme con todo lo demás, seguro que hay gatos que viven peor que yo. Nada, me iré a dormir.""


Hasta otraaaaaaaa, gracias por seguir mis pasos.
Leoncio.

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