Os dejo el relato que escribí para la recopilación de "40 relatos de terror" de LLEC. Espero que os guste.
Un saludo.
ECN.
“YO” de Eva Cubas Navarro
He
empezado a vivir por mi cuenta, a valerme por mí mismo sin depender de mi
madre. Pero conservo muchas cosas de mi vida anterior: a mis amigos, a mi
chica; cosas que se mezclan con las nuevas como nuevos compañeros, aficiones,
preocupaciones. Aunque la mayor sorpresa de todas, y no es buena, ha sido
descubrir a Héctor. ¿Cómo era posible que continuara tan cerca de mí?, y no
solo eso, sino que para mi desgracia había entrado conmigo en arquitectura. La
verdad es que nunca había mencionado que le interesase la carrera, seguro que
ingresó para fastidiarme.
Desde
que recuerdo, su interés por mí fue maligno, toda nuestra vida hemos estado
enemistados, es más, dudo que hayamos tenido nunca una conversación normal,
aunque pensándolo bien tampoco es que se haya relacionado mucho con nadie más y
no le conozco más amigos que yo y no lo soy. Siempre ha estado detrás de mí,
como al acecho, como observando, como juzgándome, envidioso de todo lo que me rodeaba. No me gusta tener
sentimientos adversos hacia las personas, pero a Héctor he llegado a odiarle y
creo que mi vida sería mucho más tranquila si él simplemente desapareciera o no
hubiera existido nunca. ¿Desear la muerte de alguien? No creo que llegue a
tanto.
Anoche tuve una pesadilla:
Estaba
en el césped del campus con algunos de mis compañeros, hablábamos de la última
clase de dibujo técnico mientras tomábamos unos refrescos. Un día caluroso y
apetecía estar allí. Alguien me llamó, levante la vista y vi acercarse a mi
novia, que venía a estar un rato conmigo durante el descanso, se sentaba a mi
lado y me daba un beso, al verme reflejado en sus gafas de sol me di cuenta de
que algo andaba mal, la persona que salía reflejada en ese momento no era yo:
era Héctor. Pero no podía ser porque, en frente de ella solo estaba yo y tenía
consciencia de que era yo, pero no, era Héctor, que volvía a besar a mi novia y
se reía de mí desde el reflejo de las gafas. Grité y me desperté sobresaltado.
Bebí agua y volví a dormirme, tuve el sueño inquieto el resto de la noche, pero
sin pesadillas y no me desperté sudando de miedo de nuevo.
Sábado 7 de noviembre
El día de hoy se presenta algo extraño, tengo
ansiedad, pero no consigo saber por qué, me levantaré y aprovecharé para salir
a correr y despejarme. Volveré renovado, llamaré a Silvia e iremos a comer y al
cine, no me preocuparé por el sueño.
Domingo 8 de noviembre
¡Menos mal! La noche ha sido tranquila, ya
pensaba que me estaba obsesionando, al fin y al cabo, solo fue un sueño, una
pesadilla. Silvia durmió a mi lado, pero aunque no tuve pesadillas dormí algo
inquieto. Por suerte el día lo pasaremos en casa haciendo el remolón y
preparando el proyecto que debo entregar mañana en clase.
Lunes
9 de noviembre
¡Menuda mierda! ¡Ahí está de nuevo! He vuelto
a tener la misma pesadilla y Héctor sigue riéndose de mí desde el reflejo. La
misma angustia extraña, la misma sensación de asfixia me invade. Me va a volver loco y para colmo hoy tengo
que ver en clase, las expectativas de mi día son sombrías.
Más tarde: el día, al final, fue tranquilo.
Héctor no apareció por clase, es extraño pero nadie sabe por qué.
Martes 10 de noviembre
Las clases teóricas de hoy han sido bastante
aburridas. Todo el tiempo estuve dormitando, quizás porque anoche tampoco dormí
bien. Volví a soñar, pero esta vez algo cambió: Héctor se iba desvaneciendo,
estaba delante de mí, me señalaba y decía algo que no podía oír y poco a poco
desaparecía. Hoy tampoco apareció por clase, nadie sabe nada.
Miércoles 11 de noviembre
Silvia quiere que cuando acabe las clases vaya
de compras con ella. Pero yo estoy cansado, sigo durmiendo mal y esto me pasa
factura. Pero al final la acompañaré.
Más tarde: ha pasado algo extraño. Mientras
caminábamos por el centro, le hablé a Silvia de que Héctor llevaba unos días
sin ir a la universidad y ella se extrañó, me preguntó que qué Héctor. He
decidido no pensar en eso, ya hablaré con ella otro día.
Jueves 12 de noviembre
¿Tendrán
mis sueños algo de premonición? Estoy empezando a asustarme, porque soñé que
Héctor desaparecía y llevo ya mucho sin saber de él. Quizás me pasé deseando
que se evaporase de mi vida. Pero qué voy a hacer, prefiero no verlo, así no
tengo que odiarlo. Contradictorio el ser humano. Un peso se me ha quitado de
encima, el día se me presenta luminoso.
Viernes 13 de noviembre a las 5 de la
mañana
Esta noche he tenido el peor sueño de toda mi
vida: soñé que yo era Héctor. Casi me da un infarto de la impresión. Aunque me
sentía yo, físicamente era él, menuda pesadilla de mierda, ¿qué coño me está
pasando? Es absurdo sentirse culpable por nada, ¿qué coño quiere mi mente?
Pasaré bien el viernes, seguro, ya estoy harto de complicarme. Ya llega el fin
de semana y descansaré, no tengo ganas de salir de casa. Haremos maratón de cine:
la saga Matrix y comeremos palomitas.
Sábado 14 de noviembre
Estoy aterrado creo que son mejores los sueños
y las pesadillas, que hasta las deseo. Es extraño tener una noche sin imágenes
oníricas; darte cuenta de que tu mente está en blanco: sin consciencia, sin
existencia inmaterial. Hay sido terrorífico.
Más tarde: me he levantado algo tarde y creo que
voy a darme un baño, el agua me despejará. El vaho empañaba el espejo y lo he
limpiado con la mano. Me he quedado de piedra al ver mi reflejo: ese no era yo.
Delante de mí no estaba yo, estaban mis pesadillas. ¿Aun dormía? He golpeado el
espejo con el puño y el dolor me confirmó que estaba despierto. Mi reflejo
seguía allí, mirándome; sin mis ojos verdes en él, si no unos ojos oscuros que
me taladraban; sin mi nariz alargada, sino una algo más redonda; sin mi pelo
negro, si no castaño claro. Delante de mí no estaba mi persona, sino Héctor.
¿Cómo podía ser yo él? No puedo describir lo que sentí, la impotencia, el odio
y el asco que me dio, el desconcierto… Silvia ha llamado y yo contesté, no era
tampoco mi voz, espero que no lo haya notado. Bajo ningún concepto voy a
permitir que me vea así, cómo explicárselo. Tengo que averiguar qué pasa.
Domingo 15 de noviembre
No pude evitar que Silvia se pasara por casa,
estaba preocupada. Según me dijo me notó raro por teléfono. Se quedó a comer, y
sorprendentemente no ha notado nada, NADA. Corrí al espejo y seguía siendo él,
pero mi chica no lo notó. ¿No entiendo nada? Para ella sigo siendo yo. Intento
creer que todo está en mi mente, que me he obsesionado con Héctor. Pero no
puedo pensar que mis momentos íntimos con Silvia y toda mi relación, ella la
hubiera creído tener con él. Sí, está en mi mente, está en mi mente, ella me ve
como soy, me ve a mí.
Lunes 16 de noviembre
He vuelto a clase aturdido, pero decidido a
enfrentarme con el mundo. Mis compañeros no notaron nada tampoco, para ellos no
había ningún cambio, todo era normal y yo no quise indagar. Intenté averiguar
con mis profesores lo que pude sobre la situación de Héctor, definitivamente es
como si nunca hubiera existido, como si se lo hubiera tragado la tierra. Pero:
¿cómo iba yo a inventarme una vida entera con él? Siempre estaba a mi
alrededor, aunque no se relacionaba con nadie más, no tenía amigos, pero ¡era
una vida tan real!, recuerdo a su familia, su casa y el colegio… Pensándolo bien, quizás el que no ha existido
sea yo, no él. Ya que el que aparece en el espejo es Héctor y no yo. Me estoy
volviendo loco.
Martes 17 de noviembre
«¡Descríbeme Silvia! ¿Cómo soy?»
Me
quiero morir. Mi peor pesadilla: DESCRIBIÓ A HÉCTOR, NO A MÍ. ¿Ahora me he
convertido en la persona a la que más odio? Creo que no voy a poder vivir con
eso. Ver cómo todos a mi alrededor lo aceptan y lo quieren. Pero este no soy
yo, no puedo. Esta noche voy a dibujar un autorretrato y veré si me reconoce.
Miércoles 18 de noviembre
He intentado explicarle a Silvia lo de mis
sueños y lo que me pasa y le he mostrado el dibujo: no sabe quién es, dice que
nunca lo había visto antes. Me miró como si estuviera loco. No sabía nada de mi
anterior yo. ¿Qué está pasando? No lo puedo aceptar. Iré a un psicólogo, es mi
última opción.
Jueves 19 de noviembre
Tengo la cita para esta tarde, espero que me
entienda y me dé una solución.
Más tarde: el psicólogo cree que todo está en mi
mente, que es algún trauma que arrastro desde niño. Dice que quizás tuve un
amigo invisible al que no logré superar o que he mantenido una imagen falsa de
mí mismo en mi cabeza; quiere estudiarlo mejor hasta descubrir por qué me pasa
esto. No recuerdo nada de amigos invisibles en mi niñez. Igual no tiene
explicación científica, he quedado poco conforme, creo que no voy a volver. Lo
tengo todo muy claro, no estoy loco ni traumatizado, esto va más allá. ¿Y si
fui poseído? Nadie me cree.
Viernes 20 de noviembre
Odio a todo el mundo, odio todo lo que me
rodea. La personalidad que yo le entendía a Héctor me engulle, ahora sí me
estoy transformando en él de verdad, acabará dominándome, lo sé y no puedo
hacer nada. Todo a mi alrededor se vuelve oscuro y cada vez me alejo más del
mundo. Este fin de semana no saldré, no sé si Silvia querrá verme ya. No he
vuelto a hablar con ella desde que le conté lo ocurrido, igual está asustada.
Es lógico. ¿Y si pronto dejara de existir? Quizás sería mejor perder la
consciencia de mi YO y ser él completamente, así quizás acabe mi angustia.
Sábado 21 de noviembre
Mis malos sueños e inquietudes me avisaron,
pero no los escuché. Estoy perdido. Sigo tirado en la cama, me niego a comer.
Ojalá entrara en trance por el ayuno como los antiguos chamanes y todo volviera
a la normalidad. Ojalá me durmiera y al despertar fuera yo de nuevo, pero
¿quién es YO? Ojalá. Mi anterior vida parece tan lejana, como un precioso sueño
del que no hubiera querido despertar nunca. El mundo sigue girando sin mí,
nadie me echa de menos, nadie me necesita, nadie me ayuda, estoy solo, solo con
él. Si yo desapareciera, ¿lo notarían?
Domingo 22 de noviembre
¿Cuánto tiempo llevo así? Es como si fuera una
eternidad y solo han pasado varias semanas. El tiempo es una losa para mí, un
abismo insondable mi alma. Voy a acabar con todo, esto ya no es vida. No
permitiré que ÉL viva en mí, que me utilice. No permitiré que viva mi vida
mientras yo desaparezco. Que se busque a otro. ¿Cuál sería la forma más rápida?
¿Veneno o somníferos?
Más tarde: he tomado una caja de pastillas que
Silvia tenía aquí. Noto que poco a poco me abandona la vida, no es tan doloroso
y casi estoy feliz. A lo mejor el más allá está bien, siempre he creído en la
vida después de la muerte. Allí encontraré paz. Supongo que nadie me extrañará,
estoy solo. No hay nada más triste que no tener a alguien mientras dejas este
mundo. Estoy sobre la cama y delante de mí está el espejo del armario, por
última vez miro el reflejo en el espejo para reírme de él, para maldecirlo.
Vuelvo a ser YO… ¡Qué ironía!
Domingo 8 de noviembre a las 4 de la
mañana
«Cariño,
despierta».
La
voz de Silvia me hace reaccionar, según parece yo estaba gritando y después me
quedé como muerto. Estoy en mi cama con mi novia. ¡¿Fue todo un sueño?! Cuesta
creer que así sea. Me he levantado y he ido al espejo: cabello negro, ojos
verdes…, vuelvo a ser Yo. He tenido una pesadilla tremenda y agobiante. ¡Qué
mal lo he pasado! No me queda más que tranquilizarme y disfrutar. Pero no paro
de pensar:
¿Sueño o
nueva oportunidad de vivir?... Qué más da…Todo acabó.
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